La prevención y cuidado de pezones lastimados por lactancia es muy importante ya que si se irritan y agrietan puede derivar a un cuadro mas grave por el que se tenga que abandonar la lactancia.
Prevención y cuidado de pezones lastimados por lactancia
Dijimos que es muy importante dar de mamar a nuestros hijos desde el momento en que nacen. De hecho, está recomendado que la primera lactancia se haga entre media hora y dos horas después del alumbramiento. Sin embargo, y mayormente durante el primer mes, los pechos sufren ciertas molestias por la nueva experiencia. Toma tiempo acostumbrarse a la succión –tanto para la mamá como para el bebé.
Es importante lograr una buena posición al amamantar para prevenir heridas o dolores . El bebé debe tomar el pezón con la boca abierta, pero también gran parte de su aureola. Sus labios deben estar evertidos (hacia fuera).
Debe vaciar primero un pecho, y luego el otro: no debemos acostumbrarlo a beber siempre del mismo. Si al comenzar sentimos dolor, puede ser que la leche aún no haya bajado, así que unos masajitos ayudarán.
¿Cómo curar el pezón agrietado?
Muchas veces, a pesar de todo, los pezones se irritan y hasta se agrietan. Varias cosas podemos hacer para sanarlos: para empezar, nuestra misma leche tiene propiedades cicatrizantes para estos casos, así que aplicaremos un poco en la zona.
Necesitamos también mantenerlos bien limpios, esto se hace sólo con agua y dejando que se sequen al aire, si se puede al sol mucho mejor. Usaremos algún tipo de protección que impida los roces con la ropa.
Crema de caléndula para pezones lastimados por lactancia
Otra gran ayuda es la crema de caléndula: mantiene los pezones lubricados y, como es natural y no contiene aditivos artificiales, podemos dejarla aunque nuestro bebé vaya a mamar.
Las cremas hechas a base de caléndula tienen propiedades astringentes, fungicidas, antisépticas, cicatrizantes y anti-inflamatorias.
Crema de caléndula casera
Podemos incluso nosotras mismas podemos preparar una crema de caléndula casera. Debemos aclarar que esta receta la aplicaremos para luego retirarla con agua y jabón, ya que no es apta para que el bebé la ingiera al mamar.
Vamos a necesitar:
- 1 litro de aceite de almendras o de oliva
- 125 gramos de cera de abejas
- 300 gramos de flores frescas de caléndula o 100 gramos si son secas
Procedimiento paso a paso:
- A fuego muy suave, cocinamos las flores en el aceite durante una hora. No debe hervir, ya que eso anularía los activos de las flores.
- Colamos luego el aceite, le agregamos la cera y fundimos a baño María.
- Cuando ya están frías las flores, las exprimimos bien y agregamos ese extracto al aceite y la cera, cuando ya se hayan homogeneizado.
- Podemos agregar unas gotas de lavanda o manzanilla para sumarle propiedades descongestivas.
- Enfriamos todo y lo guardamos en un frasco.
Si aún tomando estas medidas la mama duele o se lastima, necesitamos consultar al médico porque puede generar –una vez agravado- la inhibición del reflejo de eyección, una retención láctea o incluso mastitis, que nos obligará a detener la lactancia, y es lo que menos queremos.
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